jueves, 19 de marzo de 2009

Vertigo (a)rimado al precipicio




Hay una huella en mi cabeza,
crítica consentida,
refugio de un vértigo
que salta al vacío.

Hay un grito en mi zapato,
aplastada la embestida,
con razones, con escudos,
para abrirse en el gentío.

Hay un hueco acostumbrado,
una culpa con herida,
la bondad crucificada,
corrompida siente frío.

Hay una espiral muda
casi ahogada,
alarido censurado.

Hay una pasión sin lazo amordazada,
latido endeudado.

Hay un cuerdo
de locura avergonzada
sinsentido medicado.

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